Este recaudo de 10.300 millones de dólares es realizado por la Organización de las Naciones Unidas (OCHA), a fin de realizar programas de ayudas alimentarias y sanitarias, entre otros problemas que trae la pandemia.
Si la comunidad internacional no actúa, “la pandemia y la recesión global unida a ella crearán el primer incremento en pobreza global desde 1990 y llevarán a 265 millones de personas a la hambruna antes de finales de año”, advierte OCHA.
Inicialmente, la coordinadora humanitaria de Naciones Unidas, había pedido en el mes de marzo 2.000 millones de dólares para esta partida, una cifra que elevó a 6.700 millones en mayo, y ha vuelto a aumentar ahora, a medida que la pandemia se extiende a más países y sus negativas consecuencias sociales y económicas aumentan.
Jens Laerke, el portavoz de la oficina Ginebra señaló que, el dinero será invertido en programas de mejora de servicios sanitarios, envío de alimentos, campañas de vacunación y mejora de servicios de higiene y agua potable y otras necesidades. Además, indicó que hasta ahora sólo se han recibido 1.700 millones de dólares, “una cantidad generosa pero que ni siquiera cubre la petición hecha en marzo”.