Este domingo no hubo sorpresa y Messi no se presentó a los test PCR programados en las instalaciones de la sede deportiva Joan Gamper. De esta forma queda descartada su presencia en el primer entrenamiento de la era Ronald Koeman, que tendrá lugar mañana.

Este es un capítulo más del conflicto contractual entre Messi y el Barcelona, el cual ya se esperaba después de que ayer los abogados del argentino hubiesen informado al club que este no asistiría a la cita. El jugador y sus abogados consideran que ya han hecho efectiva la cláusula de liberación, que tienen a final de cada temporada desde el 2017 y que, por lo tanto, ya no se deben al club azulgrana.

En cambio, Bartomeu y su junta directiva dan por hecho que esta caducó el 10 de junio y hacen referencia a la cláusula de rescisión de 700 millones de euros si el argentino pretende marcharse a otro club.