Por el magnicidio de Jaime Garzón Forero, declarado como de lesa humanidad en el 2016, apenas hay dos condenas. Una para el ex comandante de las Autodefensas Unidad de Colombia, Carlos Castaño Gil, y la otra para el exsubdirector del desaparecido DAS.

Castaño, que estuvo al mando de las extintas AUC, fue sentenciado a 38 años de prisión, luego que la Fiscalía lo acusara de ser el autor intelectual del homicidio del humorista, periodista y abogado, perpetrado el 13 de agosto de 1999.

De acuerdo con el ente acusador, el exsubdirector del DAS para la época, José Miguel Narváez, fue quien habría convencido a Castaño de asesinar al Garzón, señalando que este tenía ideas de izquierda y supuestos vínculos con la ahora exguerrilla de las Farc. Narváez fue condenado a 30 años de prisión, como “determinador” del crimen.

En este caso también está involucrado el coronel (r) Jorge Enrique Plazas Acevedo. Según la Fiscalía, habría hecho seguimientos a Garzón para informar a los paramilitares. Sin embargo, aún no se conoce una condena para Plazas, quien se acogió a la Justicia Especial para la Paz, pues, además, se le acusa como uno de los responsables de la masacre de Mapiripán, en el Meta.

Respecto a los sicarios que acabaron con la vida de Garzón, en su momento, el exdirector de Fiscalías Iván Lombana, indicó que el ex jefe paramilitar habría dado la orden de desaparecerlos.

Lo cierto es que 22 años después del crimen de Jaime Garzón, y con las ruedas sueltas de su asesinato, el mismo no prescribe, puesto que la Fiscalía “concluyó que la muerte de Jaime Garzón se produjo en medio de un ataque generalizado y sistemático propiciado y/o auspiciado desde la institucionalidad estatal, contra un grupo determinado de individuos con características política comunes”.