El uniformado acabó con la vida de sus hijas, según la Policía de Pontoise, bajo “un contexto familiar complicado”. Los cuerpos de las tres menores fueron encontrados por compañeros de trabajo del padre. La madre de las tres niñas tuvo que ser atendida por los servicios de emergencia, ya que se encontraba en estado de shock.
El hombre se estaba divorciando y no tenía una buena relación con su exmujer. Vivía en un edificio cercano al lugar de los hechos, concretamente en una residencia militar destinada para policías donde viven muchos gendarmes con sus familias. El hombre se desplazó hasta el domicilio de la madre para cometer el parricidio.
La madre de las tres niñas se encuentra en estado de shock y ha sido atendida por los servicios de emergencia, según indica la fiscalía. De momento no se conoce si la mujer se encontraba en el domicilio en el momento del asesinato.
Este no es el primer caso en el que un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad asesina a sus hijos. En 2022, una guardia civil mató a sus dos hijas en sus dos hijas, de 9 y 11 años, en las dependencias de la Guardia Civil de Quintanar del Rey (Cuenca) y después se quitó la vida.
Fue una compañera de la presunta autora de los hechos quien encontró los tres cuerpos en la vivienda cuartel donde residían. La madre y el padre de las niñas estaban divorciados desde hace algo más de dos años y la madre no tenía antecedentes por baja psicológica.
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