Prueba de fuego para los colombianos en nueva fase de pandemia por coronavirus

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Hoy tras algo más de 5 meses el gobierno colombiano ha tomado la segunda decisión más difícil, después de la adoptada el pasado mes de marzo, cuando ordenó el aislamiento preventivo obligatorio con el propósito de proteger la salud y la vida de miles de connacionales contra el nuevo coronavirus SARS-Cov-2.

Pese a las acciones adoptadas por parte del gobierno nacional y autoridades locales, la COVID-19, nos jugó una mala pasada. A la fecha, la cifra de fallecidos por esta nueva enfermedad mundial alcanza casi las 20 mil personas en el país, y los contagios acumulados sobrepasan los 600 mil.

150 días en cuarentena mostraban la nueva realidad que estaba viviendo Colombia, donde en algunas ciudades se implementaban medidas para contener el virus como el pico y cédula, los toques de queda, la ley seca; sumado al estricto uso de tapabocas, lavado de manos y distanciamiento social.

El coronavirus llegó, y con ello existía un miedo latente entre la población, que aún existe claro está. Para las autoridades parecía una situación que podía salirse de control, principalmente por las cifras alarmantes que a través de la prensa mundial se veían en otras naciones. Pero el tezón con el que lograron manejar el tema fue generando, en medio de la crisis sanitaria, tranquilidad entre los ciudadanos.

El sistema hospitalario, pese a los avances en materia tecnológica y de infraestructuras que llevaron a feliz término diversas autoridades, parecía ser insuficiente con la magnitud de la pandemia. Sin embargo, poco a poco y con cautela, los gobiernos comenzaron a actuar.

Tuvimos que amoldarnos a un nuevo estilo de vida. Reuniones no presenciales a través de plataformas virtuales que nunca nos imaginamos podía ser posible. Trabajos remotos o teletrabajos, alternativas de la nueva forma del empleado en el mundo.

El mundo se paralizó. Cerró el comercio, las escuelas, las universidades, las iglesias, los hoteles, los aeropuertos, las terminales de transporte, los restaurantes, y todo aquello que daba lugar al sano esparcimiento. Definitivamente, una nueva realidad a la que debíamos adaptarnos.

Padres de familias con trabajos de horarios prolongados, porque no sólo era el trabajo en casa. También era la escuela en casa, los “oficios” rutinarios del hogar. En fin, un sinnúmero de situaciones que de manera obligada nos tocó aprender.

Hoy 1 de septiembre Colombia entra en una nueva etapa, donde el gobierno se la juega porque la economía no puede seguir paralizada. Unas cifras de desempleo que en el último mes se ubican en el 20.2%, obligan al gobierno a cambiar la estrategia, no sin antes advertir, que la curva de la pandemia comenzó a descender.

Terminó la cuarentena y comienza el aislamiento selectivo con responsabilidad individual, en donde ahora no sólo estamos en manos de las decisiones de nuestras autoridades, sino de nuestra propia autoridad que ahora se llama, responsabilidad.

Se inicia una etapa crucial en Colombia en la que todos somos responsables de lo que nos suceda. Los gobiernos hicieron lo suyo durante todo este tiempo, ahora nos toca a nosotros.

El mensaje es claro, “Responsabilidad individual”. Que se disparen la cifras y te contagies, ahora depende de ti.

Los decretos y las medidas deberán ser formuladas al interior de nuestros hogares. Adoptemos nuestras propias restricciones. Si no es necesario, no salgas a la calle, porque el virus no se ha ido, el COVID19 sigue siendo una realidad.