Luego de conocer las ciudades más afectadas por la guerra contra el Estado Islámico en Irak, el papa Francisco culminó hoy su histórica visita con una ceremonia a la que asistieron miles de feligreses.
Tras haber orado por las víctimas de la guerra en medio de los escombros de Mosul, antigua “capital” del Estado Islámico, el sumo pontífice celebró la misa bajo estrictas medidas de seguridad.
Durante la ceremonia el Papa hizo un llamado a los cristianos a “no desanimarse” y señaló textualmente que ha escuchado voces de dolor y de angustia, pero también voces de esperanza y de consuelo.
Antes de su partida, los periodistas y clérigos que acompañaron al sumo pontífice fueron vacunados contra la Covid-19. Irak se encuentra en confinamiento total luego que los contagios diarios del virus superaran los 5 mil casos.
El Papa Francisco dijo que, la Iglesia en Iraq, con la gracia de Dios, hizo y está haciendo mucho por anunciar esta maravillosa sabiduría de la cruz propagando la misericordia y el perdón de Cristo, especialmente a los más necesitados. También en medio de una gran pobreza y dificultad, muchos de ustedes han ofrecido generosamente una ayuda concreta y solidaridad a los pobres y a los que sufren. “Este es uno de los motivos que me han impulsado a venir como peregrino entre ustedes, a agradecerles y confirmarlos en la fe y en el testimonio. Hoy, puedo ver y sentir que la Iglesia de Iraq está viva, que Cristo vive y actúa en este pueblo suyo, santo y fiel”. Los encomiendo a ustedes, a sus familias y a sus comunidades, a la materna protección de la Virgen María, que fue asociada a la pasión y a la muerte de su Hijo y participó en la alegría de su resurrección. Que Ella interceda por nosotros y nos lleve a Él, fuerza y sabiduría de Dios”.