OPS apoya en preparativos y alistamiento ante una eventual emergencia por alerta en el Nevado del Ruiz

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Los volcanes tienen diferentes estilos de erupción. Algunos generan flujos piroclásticos o expulsan rocas balísticas y ceniza que pueden caer encima de las comunidades, como fue el caso de Volcán de Fuego en Guatemala, el volcán Soufrière Hills en Montserrat y el volcán La Soufriere en San Vincente y las Granadas; otros volcanes producen flujos de lava (por ejemplo, Hawái). En ocasiones, flujos de lodo (lahares) ocurren cuando el calor magmático derrite el hielo, como ocurrió en Colombia con la erupción del volcán Nevado del Ruíz. En otros casos, flujos de lodo también aparecen por fuertes lluvias que movilizan el sedimento volcánico en las laderas.

Los efectos más comunes sobre la salud causados por las erupciones volcánicas incluyen lesiones traumáticas, quemaduras, asfixia, enfermedades en la piel, lesiones oculares, problemas respiratorios, conjuntivitis y hasta la muerte.

Particularmente, la caída de ceniza o expulsión de gases, generan riesgo de contaminación del agua y de los alimentos, así como la afectación del ganado y animales domésticos, de cultivos y en general del medio ambiente, comprometiendo también los servicios básicos (agua, transporte, comunicaciones) y el acceso a los servicios de salud. Igualmente, el cúmulo de cenizas sobre techos o cubiertas puede causar daños o colapso de edificaciones, tanto de forma inmediata como posterior al evento, como en la fase de limpieza. Esto ha generado la ocurrencia de accidentes con politraumatismo por el colapso de los techos.

Las instalaciones de salud pueden ser completamente destruidas o ver comprometido su funcionamiento por restricción o acceso a los servicios básicos. Para minimizar los impactos, la preparación para una erupción debe incluir un escenario de monitoreo, conocimiento sobre los tipos de eventos eruptivos, comunicación permanente con las autoridades técnicas, sistemas de alerta, preparativos adelantados y al personal entrenado y debidamente equipado.

Las autoridades locales y las entidades de protección civil y técnicas responsables son aliadas fundamentales para brindar asesoría sobre el tipo de erupción que se espera, lo que permite prepararse para una respuesta apropiada y prevenir daños y pérdidas.
Hoja informativa

La ceniza volcánica no es ceniza en realidad. Es roca pulverizada. Una capa de una pulgada de ceniza seca pesa diez libras por pie cuadrado a medida que cae. A menudo contiene pequeños trozos de lava ligera y expandida llamada piedra pómez o escoria volcánica. La ceniza volcánica fresca puede ser áspera, ácida, arenosa, vidriosa, maloliente y completamente desagradable.

Aunque los gases suelen estar demasiado diluidos para constituir un peligro para una persona saludable, la combinación de gases ácidos y cenizas que pueden estar presentes a unos pocos kilómetros de la erupción podría causar daño pulmonar a niños pequeños, ancianos y personas susceptibles, o aquellos que ya padecen enfermedades respiratorias graves.

Una fuerte lluvia de cenizas altera el suministro de energía. La gran demanda repentina de luz eléctrica puede provocar que el servicio eléctrico se agote o falle.
La ceniza obstruye las corrientes de agua, alcantarillas, plantas de aguas residuales y maquinaria de todo tipo.
La ceniza se amontona en las carreteras, vías férreas y los senderos, como la nieve, pero se asemeja a arena suave
Las cenizas finas pueden ser resbaladizas.
El peso de la ceniza puede provocar el colapso de los techos.

 

Recomendaciones

  • En caso de caída de ceniza moderada o abundante, especialmente partículas finas, el asma bronquial y otras afecciones respiratorias crónicas pueden agravarse, tanto en niños como en adultos.
  • La muerte es altamente improbable, aunque podría ocurrir en personas con síntomas graves si no se protegen de las cenizas.
  • Las partículas de cenizas son abrasivas y también pueden causar abrasiones en la córnea

 

En su casa

  • Minimice la entrada de ceniza a la casa:Cierre puertas y ventanas y selle la abertura de la chimenea de ser el caso.
  • Coloque toallas húmedas en la parte inferior de las puertas y otros lugares donde haya corrientes de aire
  • Minimice el uso de calentadores de aire forzado, aires acondicionados o secadoras de ropa.
  • No use ventiladores.
  • Proteja las fuentes de agua de la contaminación por cenizas. Si el agua tiene un sabor u olor ácido, use agua embotellada.
  • Retire la ceniza de las frutas y verduras lavándolas.
  • Use una radio que funcione con baterías para obtener información.