La erosión del río, pone en alerta a las autoridades en el departamento del Magdalena

35

Las intensas lluvias de los últimos días han acelerado el colapso del muro de contención que evita que el río Magdalena inunde la población de Salamina.

El municipio no solo debe enfrentar la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, sino que además tiene que hacer vigilancia para que el río no termine por llevarse el poco tramo de la carretera que conduce hacia la vecina población de El Piñón.

En el kilómetro 2,4 que divide a estos entes territoriales se gesta lo que según el alcalde de los salamineros, Luis Ramón Orozco, sería el generador de una calamidad incalculable. Se trata de la erosión costera que compromete 900 metros de un terreno inestable que en su momento funcionó como muro de contención.
El boquete prácticamente se comió la carretera.

De llegar a terminar de debilitarse el área, las aguas arrastrarían con 300 mil hectáreas dedicadas al cultivo y a la cría de ganado, además dejando en alto estado de vulnerabilidad a 6 pueblos más que sufrirían graves inundaciones.

“Hemos activado todas las alarmas y no se descarta la evacuación de las personas que viven en las fincas cercanas al punto, esto para evitar el mayor impacto en las vidas humanas. Esperamos que la Gobernación nos ayude, que no nos deje solos”, señaló Carlos De la Cruz, personero de Salamina.