Los 800 animales del Zoológico de Barranquilla continúan recibiendo cuidados permanentes, alimentación de calidad y atención veterinaria profesional, gracias a la contribución económica de 705 personas y empresas de la ciudad,  a pesar de su cierre el pasado 17 de marzo. Sin embargo, los recursos con los que cuenta sólo alcanzarán hasta finales de este mes de agosto.

Después de esa fecha, no podrá seguir garantizando el bienestar de los animales y se verá en la necesidad de ir prescindiendo de quienes los cuidan, de quienes los curan y finalmente de quienes los alimentan.

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible expidió el pasado 9 de abril de 2020 una circular en la que asigna a las autoridades ambientales la responsabilidad de contribuir con la manutención de la fauna silvestre, durante el término de la emergencia sanitaria. El Zoológico está aún pendiente de recibir el apoyo de la Alcaldía de Barranquilla y de la Gobernación del Atlántico, y les hace un llamado para que les cumplan a los animales del Zoo, entre los que se encuentran el elefante, el caimán aguja (elegido alcalde por los niños en las Zoo Elecciones de 2019), el oso de anteojos y muchos otros que durante décadas han estado presentes en el corazón de sus visitantes.

“Debemos convertir esta crisis en una oportunidad para concientizarnos sobre la importancia de conocer la biodiversidad y actuar en consecuencia, modificando nuestro comportamiento hacia uno más armonioso con los animales, las plantas y el ambiente, en general. En este sentido, anhelamos que el sector público reconozca el papel protagónico que tiene el Zoológico de Barranquilla en la educación ambiental y en la conservación de la naturaleza de nuestra “Biodiverciudad. La emergencia sanitaria ha ocasionado una emergencia de supervivencia animal en todos los zoológicos y acuarios del país” ​ , expresó Farah Ajami Peralta, Directora Ejecutiva de la Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla, quien también preside la Asociación Colombiana de Parques Zoológicos, Acuarios y Afines ACOPAZOA.

Los gastos se han reducido a un mínimo de $200 millones de pesos mensuales y con la reapertura subirían a $350 millones. Dado el aforo reducido, si llegada esa fecha no cuenta con más recursos, tendrá que permanecer indefinidamente cerrado al público.

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