El exparamilitar Hernán Giraldo siguió abusando niñas mientras estaba en la cárcel

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Entre 1990 y 2006, Hernán Giraldo llegó a comandar 1.200 paramilitares del bloque Resistencia Tayrona de las Autodefensas Unidas de Colombia, que estuvo operando entre la Sierra Nevada de Santa Marta y el departamento de Magdalena.

Los delitos que se le atribuyen a Hernán Giraldo incluyen casos de desaparición y desplazamiento forzado, reclutamiento ilícito, homicidios y violencia contra pueblos indígenas, pero por lo que fue más conocido fue por la violación sexual de niñas y adolescentes, especialmente de vírgenes.

El periódico El Tiempo realizó una entrevista con Norma Vera Salazar, experta en derechos humanos y en Derecho Internacional Humanitario, quien se dedicó a recopilar las voces de las víctimas y documentar las violaciones sexuales de niñas por parte del paramilitar durante 20 años.

En esta entrevista Salazar contó cuáles eran las características comunes de las mujeres que Giraldo había violado. “Hernán Giraldo tenía una predilección por las mujeres blancas, menores de edad, de caderas anchas y voluptuosas. Nosotras encontramos que Giraldo creía que mientras más ancha la cadera de la mujer, más posibilidades tenía de tener hijos más saludables. Además, eran niñas de entornos muy pobres, hijas de campesinos semianalfabetas o analfabetas que no tenían la capacidad para denunciar ni oponer resistencia”.

Norma Salazar contó que dentro en su investigación se incluyó el testimonio de una niña que en 2008, habría sido ingresada a la cárcel para ser abusada por Hernán Giraldo. “Ya se había sometido a Justicia y Paz. El ‘Taladro’ la violó tres veces mientras estaba en la cárcel”, agregó.

Según el testimonio recogido por Salazar, la menor de edad, cuyo nombre se reservó para cuidar su identidad, se encontraba trabajando como empleada de servicios para una empleada de Giraldo.

Luego de que la oportunidad que tenía Ana Milena, como la llamó El Espectador, para estudiar en Bogotá se desvaneciera conoció, a su empleadora, quien sería la encargada de arruinar su vida. “No sé qué hacía, pero allá se movía mucho dinero, ella viajaba todo el tiempo. Nunca me metí en esos temas y me dediqué a estudiar y a ayudar en la casa. Sin embargo, había otra chica que sí se la llevaban a la cárcel a Giraldo”, aseguró una de las testigos.

Ana Milena llegó al paramilitar porque un día contestó una llamada en la que habló directamente con Giraldo. Llamada que venía directamente de la cárcel. Él le comenzó a preguntar por su físico y por la edad que tenía. “Luego de esto la señora me empieza a decir que Giraldo me mandaba saludos y recuerdo que le dije que no me interesaban para nada sus saludos ni nada relacionado con él. A los pocos días, cuando siguió insistiendo y yo le volví a decir que no me interesaba, la señora me dijo ‘igual no puedes hacer nada, si te digo que vamos es porque vamos a ir. Además, allá afuera nos están vigilando y podría pasar algo’”.

Al verse amenazada y por miedo de que les pasara algo a sus papás no le quedó más remedio que aceptar e ir a la cárcel. Desde la primera vez que fue le tocó ir dos veces más. Las violaciones terminaron cuando extraditaron al exjefe paramilitar a Estados Unidos y su jefe había desaparecido como consecuencia de la decisión de que Giraldo pagara una pena en ese país por narcotráfico.

Diez años después Ana Milena decidió contarle esto a su madre y posteriormente denunciar al exparamilitar. Luego de que fuera extraditado Ana Milena siguió viviendo situaciones de vida o muerte. “Después de los hechos yo seguí viviendo con la señora reclutadora como su empleada. Ella se asustó mucho, casi se vuelve loca y le tocó esconderse. En ese lapso empezó a aparecer gente buscándola para matarla, porque ella era la encargada de pagar unas cosas. Una vez un tipo llegó y me agarró y me gritaba que dónde estaba la plata y pues yo no tenía la menor idea. Uno de los duros, que era cercano a la señora y manejaba dinero, lo mataron ese mismo año. También vi que había gente que me perseguía”.

De acuerdo con información de este medio, el caso de Ana Milena se encuentra en la Fiscalía, está activo y en fase de indagación preliminar. La Fiscalía no le entregó al El Espectador detalles de cómo va el caso luego de casi tres años de haberse denunciado.