Tras la infiltración por tierra de los soldados al corazón de la selva en el municipio Mapiripán, departamento del Meta, fue hallada y destruida la estructura de madera de más de 12 metros, que en su interior albergaba aproximadamente 177 kilogramos de clorhidrato de cocaína. El material incautado, la estructura y estimación de la producción mensual del alcaloide estarían avaluados en alrededor de 858.000 millones de pesos.
La operación conjunta, coordinada e interinstitucional del Ejército Nacional, la Armada de Colombia, la Fuerza Aérea, la Policía Nacional y la fiscalía general de la Nación, impacta positivamente en la salud pública al dejar fuera de circulación aproximadamente más de un millón de dosis personales del estupefaciente.
En el laboratorio fue incautado también gran material para el procesamiento de este estupefaciente, como insumos líquidos entre los que se destaca la incautación y destrucción de 290 galones de ACPM, 670 galones de acetona, 128 galones de ácido clorhídrico, 130 kilogramos de carbón activado, 200 kilogramos de cloruro de calcio y 125 kilogramos de soda cáustica, entre otros.
El derrame de estos insumos para producir clorhidrato de cocaína genera graves consecuencias para las fuentes hídricas aledañas, así como para la fauna y flora.
En el registro realizado por los soldados se hallaron también diez hornos microondas, una prensa hidráulica, una empacadora al vacío, dos electrobombas, una lavadora y una cámara de calor, entre otros elementos, avaluados en más de 30 millones de pesos.
Con estos laboratorios el grupo armado organizado residual Estructura Primera Armando Ríos busca fortalecer su estructura armada producto de las rentas ilícitas del narcotráfico.
Esta operación militar se suma a las acciones ofensivas adelantadas por las Fuerzas Militares y la Policía Nacional contra esta estructura, así como a los esfuerzos del Ejército Nacional por reforestar la selva en el marco de la Operación Artemisa.