En medio de un agrio pulso, el gobierno de España amenazó este lunes con hacer “lo que haga falta” si el ejecutivo de Madrid no toma medidas contundentes para frenar el avance descontrolado de la COVID-19 en la capital, epicentro de la epidemia en el país.
Si la administración regional de Madrid, dirigida por los conservadores, no rectifica y endurece su estrategia ante el virus, “no tenga duda de que el gobierno central está preparado para afrontar lo que haga falta”, advirtió en una entrevista con la radio pública RNE el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo.
Esta amenaza se enmarca dentro de una estrategia de presión total lanzada a finales de la semana pasada por el gobierno del presidente socialista Pedro Sánchez para tratar de forzar la mano del ejecutivo madrileño, que como ocurre con todas las regiones autónomas de España, es el único competente en materia de salud.
Ante una incidencia del virus, que con 722 casos por cada 100.000 habitantes dobla la del conjunto de España, de por sí el país de la Unión Europea con el peor índice, el gobierno regional de Madrid impuso hace una semana limitaciones a la movilidad en las zonas más afectadas.
Este lunes, esas restricciones, que impiden a las personas salir de sus vecindarios salvo para ir a trabajar o al médico, se ampliaron a poco más de 1 millón de los 6,6 millones de habitantes de la región.
Algo insuficiente para el gobierno, que exige limitar los movimientos de la ciudad capital (más de 3 millones de habitantes) y otras áreas con alta incidencia del virus de la región madrileña, que concentra un tercio de los casos confirmados y decesos de toda España en la pandemia (716.481 contagios y 31.232 decesos), y reducir aún más aforos de bares y restaurantes.