Tal y como habían vaticinado todos los expertos, las muertes por coronavirus en Estados Unidos se han disparado.

Este miércoles fallecieron más de 3.000 personas, según las estimaciones del diario ‘Washington Post’ y de la cadena de television NBC, lo que constituye la cifra más alta desde que la pandemia causó la primera muerte en Estados Unidos, en febrero. El Covid es ya, de lejos, la principal causa de mortalidad en Estados Unidos, y su incidencia no parece que vaya a disminuir. En este mes de diciembre, el número de fallecidos podría superar los 100.000, según las proyecciones del Ejército de Tierra de Estados Unidos.

La barrera psicológica de los 3.000 muertos tiene un toque simbólico en Estados Unidos, porque trae a la memoria inevitablemente los 2.977 fallecidos en los atentados terroristas del 11-S. pero la cifra continúa creciendo. De acuerdo con los datos de NBC, la media de fallecidos diarios la semana pasada fue de 2.260, un 92% más que la anterior. Si en la primera oleada, en primavera, fueron los estados del Norte del país – New Jersey, Nueva York, Connecticut, Massachusetts y Rhode Island – los que más sufrieron, los peores focos están ahora en el Oeste. Así, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Mississippi y Lousiana ya están con cerca de 1.500 muertes por millón de habitantes, es decir, peor que países europeos como Italia, España o Gran Bretaña, que se sitúan entre los que más han sufrido la pandemia. La cifra de hospitalizados también ha alcanzado un nuevo récord, con 106.000 personas ingresadas a consecuencia de la enfermedad.