La Superintendencia Nacional de Salud, a cargo del uribista Fabio Aristizabal, tiene en avanzados niveles de deterioro a todos los centros de salud de Santa Marta que fueron reconstruidos en el marco de la modernización de la red pública hospitalaria, la cual inició bajo el mandato de Carlos Caicedo como alcalde de la ciudad, quien pensó en dicha iniciativa para el beneficio de los samarios.

Precisamente, este hecho fue denunciado públicamente por el hoy gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo; y la actual alcaldesa de Santa Marta, Virna Johnson, elegidos a través del movimiento Fuerza Ciudadana.

La queja de ambos mandatarios obedece a que la SuperSalud intervino la ESE Alejandro Próspero Reverend (que presta los servicios en los centros y puestos de salud del Distrito) en 2019, cuando el entonces alcalde Rafael Martínez (también elegido por Fuerza Ciudadana) venía recuperando los estados financieros de la entidad.

“Tres años lleva SuperSalud interviniendo la ESE Distrital de Santa Marta, su paso ha sido desastroso, tienen al sistema en quiebra, listo para ser liquidado y, por otro lado, los puestos de salud modernos que entregamos, se encuentran en grave deterioro por falta de mantenimiento”, señaló el gobernador Caicedo.

Lo expresado por el mandatario departamental se da después que la alcaldesa Johnson adelantó un recorrido sobre cada uno de los centros asistenciales.

“Desde la Secretaría de Salud del Distrito hemos realizado recorridos constantes de inspección, vigilancia y control por los centros y puestos de salud y nos encontramos con un panorama deplorable y crítico que pone en riesgo la salud y vida de los samarios. Recordemos que desde los gobiernos del cambio se entregaron modernas infraestructuras como el centro de salud de La Paz, Bastidas y Taganga, entre otros que hoy están deteriorados por falta de mantenimiento y por la desidia del Gobierno Nacional. En las visitas aleatorias evidenciamos la falta de mantenimiento preventivo, correctivo y de reposición en materia de infraestructura y de equipos médicos”, aseguró Virna.

En ese mismo orden la alcaldesa describió que: “En Taganga están las paredes y el cielo raso destruidos por la humedad, lámparas desajustadas y baños sin agua por falta de mantenimiento y por falta de las tuberías sanitarias. Mientras que en Bastidas es evidente que no existen condiciones higiénicas; no hay señalización de las áreas; hay baños con fuga de agua, sin lavamanos y otros están totalmente inhabilitados; los puntos eléctricos están dañados y expuestos por la falta de mantenimiento, lo que genera riesgos no solo para los usuarios sino también para el personal existencial y los equipos médicos”.

La burgomaestre también informó que en La Paz hay un grave problema de heces de paloma, lo que hace imposible garantizar la salubridad de la prestación del servicio; igualmente, el consultorio de odontología presenta el techo totalmente caído y los equipos biomédicos están a la intemperie.

En el caso de María Eugenia, “también constatamos la denuncia de los samarios al percatarnos que los profesionales de la salud están contratados solo hasta las 3:00 de la tarde y las personas que llegan después de esa hora son atendidas por las auxiliares de enfermería y practicantes”, acusó Johnson.

Finalmente, en la Policlínica La Castellana, de Pescaito, se encontraron tanques elevados sin tapa y sin lavar, afectando la calidad del agua. Por lo que Virna recordó que “a la ESE no solo se le ha hecho vigilancia y control, también hemos brindado asistencias técnicas, sin embargo, seguimos evidenciando fallas asistenciales, de servicios e infraestructura, sobre todo, por falta de compromiso y voluntad para la buena prestación del servicio. Lo que está sucediendo es más que alarmante, por lo que ponemos nuevamente en conocimiento la inoperancia de SuperSalud”.

El superintendente de salud, Fabio Aristizabal, es el mismo que en 2020 intervino al Hospital Julio Méndez Barreneche, justamente, cuando el gobernador Caicedo se disponía a su recuperación.