Semana Santa 2023: Especial Festival del Dulce

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San Basilio de Palenque es la tierra que vio nacer a Jaquelin Herazo Cásseres, una mujer trabajadora, echada para adelante, luchadora, carismática y enamorada de la vida, como ella misma se define. Asegura que uno de los títulos o nombres que más le gusta tener aparte de “madre”, es “matrona”. Sí, pues considera que esa pequeña palabra encierra su esencia, sus conocimientos y su identidad.

Esta hermosa palenquera de 44 años, ha dedicado más de la mitad de su vida a la venta de dulces típicos de la región, práctica que aprendió de su mamá y de sus abuelos cuando era una niña.

“Aprendí a hacer los dulces desde muy pequeña en mi pueblo, con mi abuela. Veía a mi abuela a diario elaborar sus dulces… las cocadas, las alegrías, los dulces de coco…Nos teníamos que levantar de madrugada a preparar todos esos dulces para después irlos a vender a la población de Turbaco, de Arjona. Ahí fui aprendiendo cómo preparar los dulces”.

Lleva más de 20 años viviendo en Cartagena, en el barrio La María. Empezó a vender cocadas y otros dulces en las playas de Bocagrande. Años más tarde se trasladó al barrio Nuevo Bosque, donde aún recorre cada una de sus calles cantando el pregón que a los cartageneros nos encanta escuchar: “Cocada, caballito, enyucado”.

Jaquelín ha transmitido sus saberes culinarios a sus hijos, quienes se interesaron en aprender el proceso de elaboración. Es así como, a manera de tutorial, cada vez que podía, les explicaba la forma correcta para lavar, cortar, cocinar y mezclar las frutas, granos o tubérculos que usaba para los deliciosos dulces.

“Así como yo aprendí de mi abuela y de mi mamá, de igual manera, le he enseñado a mis hijos para que se puedan defender con ese trabajo que gracias a Dios no es deshonra porque con él nos sustentamos, con él he conseguido para que mis hijos estudien y sean personas de bien”.