Uno de los sectores más golpeados por el COVID-19 es el del turismo que, según la Organización Mundial de Turismo, durante los primeros cuatro meses de 2020 la visita de turistas internacionales disminuyó en un 44 %, representando pérdidas cercanas a los 195.000 millones de dólares.

La crisis también generó aumento del desempleo y puso en cifras rojas la economía de los hoteles, aerolíneas y agencias de viajes. Colombia no ha sido ajena a esta problemática, por lo que las empresas de este sector han tenido que reinventarse.

Para ello, se establecieron una serie de recomendaciones basadas en una metodología denominada ‘diseño de futuros’. Esta analiza las tendencias actuales y proyecta lo que podría ser los comportamientos de los clientes de este sector en un futuro.
No obstante, para las agencias sería clave apostarle al turismo local, ya que este será el primero en habilitarse por temas de seguridad.

Apostarles a iniciativas como el turismo de naturaleza, ya que esta alternativa le permite a las personas movilizarse libremente y conectarse con su entorno y su ser. Para el caso de Colombia, lugares como Chocó, Guajira, el Eje Cafetero tienen mucho por ofrecer en ese sentido.

Actuar en equipo. Es importante entender cómo mi ciudad va a responder al COVID-19 y cómo mi empresa se puede articular con los otros actores de forma sistémica para atender las necesidades de los turistas. Además, buscar alianzas con empresas de limpieza, bioseguridad, entre otras, para brindarle tranquilidad y seguridad a los clientes.