El papa Francisco, quien apareció con una herida en el mentón, elevó el pasado 7 de diciembre al rango de cardenales a 21 prelados de los cinco continentes, con una importante presencia latinoamericana, reflejo de su interés por las periferias en una Iglesia cada vez más globalizada.
Con este “consistorio ordinario”, el décimo desde su elección en 2013, el papa argentino, que cumplirá 88 años en pocos días, sigue consolidando su legado y moldeando a su imagen el colegio de cardenales que llegado el momento deberá designar a su sucesor. Francisco designó a más del 78% de los 140 cardenales “electores”, aquellos menores de 80 años, con poder de voto en los cónclaves que requieren una mayoría de dos tercios para elegir un pontífice.