Al celebrar la Santa Misa del Domingo de Resurrección, El Papa Francisco hizo un análisis de toda la situación que atraviesa la humanidad tras la llegada de la pandemia por el nuevo coronavirus SARS CoV2, que ha dejado graves efectos económicos y sociales.

El Papa recogió las duras condiciones de vida que viven quienes han perdido el trabajo o están en problemas económicos. “Que el Señor inspire la acción de las autoridades públicas para que todos, especialmente las familias más necesitadas, reciban la ayuda imprescindible para un sustento adecuado. Desgraciadamente, la pandemia ha aumentado dramáticamente el número de pobres y la desesperación de miles de personas”.

Así mismo, el Sumo Pontífice envió un mensaje de esperanza a los jóvenes quienes por cuenta de la pandemia se han visto obligados a recibir sus clases en medio de la virtualidad. El Papa expresó: “Jesús resucitado es esperanza también para tantos jóvenes que se han visto obligados a pasar largas temporadas sin asistir a la escuela o a la universidad, y sin poder compartir el tiempo con los amigos. Todos necesitamos experimentar relaciones humanas reales y no sólo virtuales, especialmente en la edad en que se forman el carácter y la personalidad”.

Frente a los retrasos que se han presentado en algunos países para la entrega de las vacunas anticovid, dijo: “en el espíritu de un ´internacionalismo de las vacunas´, insto a toda la comunidad internacional a un compromiso común para superar los retrasos en su distribución y para promover su reparto, especialmente en los países más pobres”.