Una gigantesca operación policial desarrollada el martes 28 de octubre en los complejos de favelas de Penha y Complexo do Alemão, en la zona norte de Río de Janeiro, dejó al menos 122 muertos, según balance inicial de las autoridades, en el marco de un operativo contra la organización delictiva Comando Vermelho (CV). El despliegue contó con más de 2.500 agentes y fue descrito por fuentes oficiales como “la operación más letal en la historia del estado”.
De los fallecidos, cuatro fueron agentes policiales, mientras que el resto correspondería a civiles y presuntos integrantes del CV, una de las bandas de narcotráfico y tráfico de armas más poderosas de Brasil.
El gobernador del estado de Río, Cláudio Castro, calificó la operación de “éxito” y reiteró que el objetivo era frenar la expansión del narcotráfico en la ciudad. Por su parte, organizaciones de derechos humanos denunciaron posibles ejecuciones extrajudiciales y pidieron investigaciones independientes sobre el uso de la fuerza.
La intervención plantea un escenario de tensión en la ciudad, con calles vacías, comercios cerrados y numerosos residentes tomando refugio ante el temor de nuevos enfrentamientos. Las autoridades han llamado a la calma, mientras miles de personas siguen implicadas directa o indirectamente en el caos generado.
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