Nuevos estudios alertan sobre los riesgos de la variante Delta en las embarazadas

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La mayor contagiosidad de la variante Delta del COVID-19 se hizo notar desde su aparición: la mutación pasó a ser predominante en todos los países donde fue apareciendo.

Ahora, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos publicaron dos nuevos informes que destacan los peligros de la infección por SARS-CoV-2 para las personas embarazadas y sus fetos o bebés recién nacidos, particularmente desde julio, cuando la variante Delta altamente contagiosa se convirtió en variante de circulación dominante en ese país.

El informe examina las muertes asociadas al COVID-19 durante el embarazo en Mississippi entre principios de marzo de 2020 y principios de octubre de 2021. Durante ese período de 19 meses, según los reportes oficiales, se informaron 1.637 infecciones por SARS-CoV-2 en mujeres embarazadas, con 15 muertes asociadas al COVID-19. De esos casos, seis ocurrieron antes de que Delta se estableciera, lo que representa cinco muertes por cada 1.000 infecciones. Mientras que una vez que la variante Delta se volvió predominante, los números aumentaron, lo que resultó en nueve muertes en total, o 25 muertes por cada 1.000 infecciones.

Entre las mujeres analizadas, 14 tenían problemas de salud subyacentes, según el informe, y ninguna había sido completamente vacunada. “Esto resalta la importancia de la vacunación”, dijo Denise Jamieson, presidenta de ginecología y obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory.
Asimismo, los CDC observaron que las mujeres negras e hispanas se vieron afectadas de manera desproporcionada. En general, alrededor del 50% de los nacimientos en Mississippi fueron de mujeres negras e hispanas, pero representaron 12 de las 15 muertes asociadas al COVID.

Para Ruth Faden, especialista en ética médica en Johns Hopkins y líder del proyecto PREVENT, “es desgarrador”. “Una vez más, existe una carga desproporcionada para las personas de color”, dijo la mujer que aboga por incluir los intereses de las mujeres embarazadas en el desarrollo de vacunas contra patógenos emergentes.

Tres de las mujeres murieron durante el embarazo, lo que resultó en un aborto espontáneo a las 9 semanas y dos mortinatos a las 22 y 23 semanas. Doce murieron después de un nacimiento vivo, reportaron desde los CDC.

El segundo informe, en tanto, se centra en los mortinatos, un evento generalmente raro que se relaciona más fuertemente con el COVID-19 desde que la variante Delta se volvió dominante.

El informe, que examinó 1.249.634 partos entre marzo de 2020 y septiembre de 2021, mostró que el riesgo de muerte fetal aumentó aproximadamente una vez y media para las mujeres con COVID-19 antes de Delta. Una vez que esa variante se apoderó de los contagios, estaba más cerca de cuadruplicarse.
Infobae