A través de un comunicado la Sana Sede, respondió a la pregunta sobre si ¿La Iglesia dispone del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo?.
La respuesta de la Congregación para la Doctrina de la Fe fue negativa, al señalar que la Iglesia católica no puede bendecir uniones homosexuales porque Dios “no puede bendecir el pecado”.
En el documento la Iglesia recuerda que “Dios mismo no deja de bendecir a cada uno de sus hijos peregrinos en este mundo, porque para Él somos más importantes que todos los pecados que nosotros podamos hacer. Pero no bendice ni puede bendecir el pecado: bendice al hombre pecador, para que se reconozca como parte de su designio de amor y se deje cambiar por Él. Él, de hecho, nos toma como somos, pero no nos deja nunca como somos”.
El Vaticano fue enfático al señalar que “La respuesta al dubium propuesto no excluye que se impartan bendiciones a las personas individuales con inclinaciones homosexuales, que manifiesten la voluntad de vivir en fidelidad a los designios revelados por Dios así como los propuestos por la enseñanza eclesial, pero declara ilícita toda forma de bendición que tienda a reconocer sus uniones”.