Las intensas lluvias que azotaron la provincia de Songkhla, en el sur de Tailandia, provocaron inundaciones de hasta 2 metros de altura en la ciudad de Hat Yai, obligando a evacuar a residentes y turistas, y dejaron un saldo mínimo de 13 personas muertas, informó este martes la agencia nacional de gestión de desastres. El gobierno declaró la zona como área de desastre y desplegó equipos de rescate que ya trasladaron a cientos de damnificados. Entre tanto, cerca de 1,9 millones de personas resultaron afectadas en distintas provincias del sur.
Las autoridades señalaron que la ciudad de Hat Yai —uno de los núcleos urbanos más importantes de la región— fue la más golpeada: calles, viviendas y zonas comerciales quedaron bajo el agua. Rescatistas emplearon botes, helicópteros y embarcaciones militares para evacuar a quienes estaban atrapados en sus casas o en hoteles. Además, el aeropuerto de la ciudad suspendió temporalmente los servicios por el nivel del agua.
El impacto de la catástrofe supera lo humano: el sur de Tailandia —incluyendo las provincias de Surat Thani, Krabi, Pattani, Yala, Narathiwat, entre otras— enfrenta graves pérdidas en comercio, turismo e infraestructura. Solo en comercio y turismo, las pérdidas diarias son adicionales y significativas, ya que muchas empresas suspendieron operaciones.
Las autoridades anunciaron que continuarán las operaciones de rescate y ayuda humanitaria con el apoyo de la armada, que ha enviado un portaviones, lanchas, helicópteros, ayuda médica y alimentos como parte del plan de emergencia. Los habitantes evacuados han sido ubicados en albergues temporales, y se espera que las lluvias cesen en los próximos días, aunque se mantienen las alertas.








