La dirección del París Saint-Germain presiona a sus figuras para lograr una reducción significativa de sus salarios, tras las pérdidas por la cancelación de la temporada a causa de la crisis de la COVID-19.

El capitán del equipo galo, el brasileño Thiago Silva, se marchó a su país a pasar la cuarentena y parece no querer ceder con su salario.
Su contrato acaba el próximo 30 de junio y el jugador se niega a bajar el millón de euros mensuales brutos que percibe, y tampoco quiere ayudar a la junta directiva del PSG a convencer a otras de las estrellas de la plantilla, para negociar la reducción de sus salarios.