Durante la “Operación Plenus”, la Policía Metropolitana de Cali desarticuló una estructura delincuencial dedicada al robo a residencias.
47 integrantes de la organización fueron capturados, entre ellos 16 uniformados de la institución que, al ser investigados por asuntos internos, tuvieron que confesar y testificar sobre estas acciones y en contra de los cómplices.
Según las autoridades, el modus operandi de la organización era el hurto solamente de dinero y joyas.
Además, para evitar ser individualizados se apropiaban de los sistemas de cámaras de vigilancia. La policía conoció de robos superiores a los $500 millones de pesos, que en gran parte no eran denunciados por el origen ilegal del dinero debido a que la mayoría de las víctimas eran testaferros que habitaban en casas de narcotraficantes en donde había caletas.
Los capturados, ofrecían porcentajes muy representativos por información sobre dónde estaba guardado el dinero; sin embargo, cuando los datos estaban errados tomaban represalias, inclusive atentando contra la vida de las personas.
En el caso de Medellín se confirmaron 22 capturas de integrantes de la policía en medio de estos operativos contra la corrupción.