Cesar Nieto, padre de una estudiante del Colegio Gimnasio Los Andes, en Bogotá, denunció ante un medio de comunicación que la escuela no permite el ingreso al comedor a los estudiantes que no compran sus almuerzos dentro de la institución educativa.
Comenta Nieto que, esta conducta corresponde a una estrategia para obligarlos a comprar los almuerzos que ellos venden dentro de las instalaciones. “Mi hija llegó triste y afectada porque no pudo comer con sus compañeritos”, aseguró el padre de familia.
El organismo educativo respondió por medio de una circular frente a las denuncias, manifestando que la diferenciación en el servicio del comedor se debe a reglas logísticas y organizativas ya que en muchas ocasiones los estudiantes que no cancelan el servicio utilizan los insumos y aderezos de los que sí lo hacen.
A pesar de la justificación del colegio, los padres de familia estiman que estos actos afecten psicológicamente a los niños, como es el caso de la hija del denunciante.