Casi 500 pacientes de COVID-19 están a la espera de un lugar disponible en los hospitales de la ciudad brasileña de San Pablo, en momentos en que el país se aproxima a un colapso sanitario por la pandemia, que este jueves fue puesto en duda por el presidente Jair Bolsonaro.
“Es un momento de extrema gravedad”, afirmó el alcalde de San Pablo, Bruno Covas, en una rueda de prensa en la que anunció el adelanto de cinco festivos, tres de ellos correspondientes a 2022, a fin de reducir aún más la movilidad en la capital paulista.
Con casi 570.000 positivos y cerca de 20.000 muertos por coronavirus, San Pablo es la ciudad más golpeada de Brasil, país que se ha convertido en el epicentro global de la pandemia con un promedio diario de más de 2.000 fallecidos asociados al COVID-19.
Buena parte de los estados brasileños tienen sus sistemas públicos de salud colapsados o están al borde de ello, según la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), centro de investigación médico de referencia en Latinoamérica.
En este marco, Covas confirmó el primer fallecimiento en la ciudad de un paciente con coronavirus por falta de una cama libre en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), y alertó del alto número de personas infectadas que aguardan un lugar para recibir tratamiento.
“Ayer teníamos 395 personas aguardando por un lugar en la red municipal de la ciudad de San Pablo y hoy son 475 personas”, advirtió.
Asimismo, aseguró que la Alcaldía trabaja para aumentar la capacidad hospitalaria, pero subrayó que la situación es “muy difícil” hasta el punto de que la red privada ha solicitado transferir pacientes a la pública.