Las violaciones por desconocidos orquestadas por su marido podrían haberla destrozado, pero la francesa Gisèle Pelicot decidió enfrentarse a cara descubierta a sus agresores en los tribunales para exigir que “la vergüenza cambie de bando”, convirtiéndose en un icono feminista mundial.
“Pienso en las víctimas no reconocidas, cuyas historias permanecen a menudo en la sombra. Quiero que sepan ustedes que compartimos el mismo combate”, dijo este jueves la mujer de 72 años, después que la justicia condenara a sus violadores.
En septiembre, cuando comenzó en Aviñón, sur de Francia, el juicio contra su ahora exmarido Dominique y otros 50 acusados, los periodistas vieron a una mujer de melena corta y pelirroja, escondida tras unas gafas de sol.
La víctima era una abuela cuyo compañero sentimental durante medio siglo admitió que la drogó entre 2011 y 2020 para dejarla inconsciente y violarla en su domicilio junto a decenas de desconocidos que contactaba por internet. El juicio estuvo acompañado de manifestaciones de apoyo en Francia, donde sus seguidores empezaron a vitorearla y ofrecerle flores cuando llegaba al tribunal, y su rostro apareció en paredes de todo el mundo.