Varios científicos han hablado de una mutación en el coronavirus SARS-CoV-2, denominada D614G, que ha ido creciendo en partes del mundo como Europa, Norteamérica y Asia, teniendo una taza de contagio 10 veces mayor que la primera cepa.

El director general de salud en Malasia, Noor Hisham Abdullah, advirtió que debería haber una mayor vigilancia pública, pues el nivel de contagio es sumamente alto y las vacunas que se están desarrollando podrían no ser efectivas ante esta mutación.
Sin embargo, el incremento de esta cepa ha coincidido con una menor tasa de mortalidad, lo que podría indicar que es una mutación menos peligrosa.
“Tal vez es algo bueno tener un virus que es más contagioso pero menos mortal”, señaló Paul Tambyah, presidente de la Sociedad Internacional de Enfermedades Infeccionas, a la agencia de noticias Reuters.
Varios expertos han afirmado que esta mutación parece ser la más dominante en todo el mundo, pues la velocidad a la que se propaga es muy alta.
El profesor Nick Loman, de la Universidad de Birmingham, afirmó al sitio Daily Mirror que esta cepa se propagó mucho más rápido en el mundo que la primera que apareció en Wuhan, China, y al parecer no es tan mortal.