Barranquilla abre las puertas al piloto de inclusión de trabajadores informales

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Como una revolución social, calificó la Vicepresidente Marta Lucía Ramírez el proceso de inclusión productiva de trabajadores informales que prendió motores en el país, y que está _ad portas_ de arrancar en Barranquilla, donde este miércoles, se llevó a cabo un conversatorio con esta población, para poner a punto el piloto de reactivación segura.

La Vicepresidente y el alcalde Jaime Pumarejo, lideraron este encuentro que contó con participación de diferentes representantes del sector informal. La idea es, no sólo apoyar las actividades de esta población, golpeada fuertemente por la pandemia, sino también empezar una migración gradual hacia la formalidad.

“Hemos planteado la posibilidad de apoyarlos en la organización de unos puestos que estén en la calle, similar a lo que ve uno en grandes ciudades como Madrid y París, donde tienen unos quioscos, bien ubicados, donde pueden trabajar en condiciones dignas. Estos puestos tienen que estar condicionados a que esta población trabaje en el proceso de formalización, que estén carnetizados, registrados, que tengamos toda la caracterización de la población informal: cuál es la actividad que desempeñan, cómo es su núcleo familiar, cómo son sus condiciones en materia de formación y capacitación”, enfatizó la alta funcionaria.

Y es que Barranquilla tiene una de las tasas más altas de informalidad en el país, por la cual fue incluida entre las diez ciudades piloto que serán pioneras de este programa. Las cooperativas ayudarán a consolidar la estrategia: “La población informal, muchas veces, tiene que ir y comprar sus insumos en un supermercado, en una tienda, y salen a venderlos al menudeo. Esto les da unos márgenes pequeñísimos. Nosotros los queremos ayudar, mediante asociatividad, para que las industrias le vendan directamente los productos a esa cooperativa, de tal manera, que logren un mayor margen de ganancia, pero -sobre todo- que se haga de manera formal”, dijo.

Frente a la petición de los representantes del sector informal, que participaron en el conversatorio, de crear una comercializadora la Vicepresidente dio su beneplácito. “La aspiración debe ser convertirse en un proyecto empresarial, que después sus hijos puedan manejar, como sucede con las grandes corporaciones y empresas. Ustedes piden tener una gran comercializadora: maravilloso, ese debe ser el propósito, y si tienen tantas asociaciones, si cada uno de ustedes hace de esto un proyecto empresarial, van a poder comprar a los grandes fabricantes”, enfatizó.

Sin embargo, la Vicepresidente aclaró que este proceso que está arrancando tiene que ser un “gana-gana” para todos, y que debe permitir que se haga un buen uso del espacio público. “Al final, esto tiene que generar unos recursos suficientes para que tengan seguridad social y que, con un volumen mayor de ventas, y el apoyo nuestro, logren que el resultado neto de ingreso sea mejor y eleve su nivel de vida; pero siempre contribuyendo a un mejor ordenamiento del espacio público en las ciudades, y a un mayor conocimiento, por parte de las autoridades, de quién está operando en cada lugar, para acabar con esas mafias del espacio público que hay en algunas ciudades”, sostuvo.

En la misma línea, agregó que “la transición hacia la formalidad está orientada a darles unas mejores condiciones de trabajo, pero con cero tolerancia frente a la venta de productos ilegales, frente a la venta de contrabando en las calles, porque eso va en contravía de lo que le conviene al país y de lo que nos conviene a todos, que es promover la producción nacional, promover el comercio legal, las actividades económicas de manera legal y formal”, puntualizó.

Por su parte, el alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, recalcó que debe haber planeación y compromiso de todas las partes, para garantizar el éxito del programa. “Aquí lo clave es integrar la cadena para crear un mecanismo que les permita salir adelante, porque no se trata solo de adecuarles el espacio a los comerciantes, sino que sepan cómo vender y hacer rendir sus ingresos”, expresó el mandatario, quien añadió que la formalización significa “una mejora de su calidad de vida para que eventualmente tengan acceso a un sistema pensional, que sus hijos puedan estudiar y que logren mayor visibilidad”.

Finalmente, la Vicepresidente elogió los esfuerzos de Barranquilla, de cara al desarrollo, y la voluntad decidida de las autoridades de la ciudad, para apoyar a la población informal. “La inclusión social de ese 58% de personas informales de Barranquilla, tiene que ser el propósito social, y tiene que ser el propósito de ciudad, para lograr que todo este esplendor y esta belleza, esté acompañado de un sentido ético, de los que debe ser el crecimiento económico y el desarrollo nacional”, concluyó.

Barranquilla será otra de las ciudades en sumarse al piloto de reactivación segura de la población informal, que ya inició en Cúcuta y Popayán y que cubrirá, inicialmente, diez capitales del país. Además de las entidades nacionales y departamentales, la Universidad Minuto de Dios está apoyando el proceso de capacitación de los trabajadores.