El impacto de la pandemia en la salud mental de los menores es cada vez más alarmante. Desde septiembre, el hospital pediátrico de París donde ha duplicado el número de niños y adolescentes en tratamiento por intentos de suicidio.
En otras partes del mundo, los médicos reportan problemas similares con niños, algunos de solo 8 años, lanzándose de forma deliberada al tráfico, tomando una sobredosis de pastillas o autolesionándose de otra forma. En Japón, los suicidios en esta franja de edad alcanzaron niveles récord en 2020, según el Ministerio de Educación.
Los psiquiatras pediátricos dicen que también han visto a niños con fobias, tics y desórdenes alimenticios relacionados con el coronavirus, obsesionados con las infecciones, frotándose unas manos ya en carne viva, cubriéndose el cuerpo con gel desinfectante y aterrorizados por enfermar con la comida.
También es cada vez más común, según los doctores, que los menores sufran ataques de pánico, taquicardias y otros síntomas de angustia mental, además de adicciones crónicas a los dispositivos móviles y pantallas que se han convertido en sus cuidadoras, maestras y animadores durante los confinamientos, los toques de queda y los cierres de las escuelas.
“No hay un prototipo de niño que tenga dificultades”, dijo el doctor Richard Delorme, que dirige la unidad psiquiátrica que trata a Pablo en el gigantesco hospital pediátrico Robert Debré, el más concurrido de Francia. “Esto nos concierne a todos”.
Información de AP