Era esperable, pero evitable. Sin embargo, sucedió. Pasadas las 15 horas del jueves, la situación se descontroló por completo en el velorio de Diego Armando Maradona y el caos se apoderó de las calles del centro porteño de Buenos Aires.
La gente comenzó a llegar en gran cantidad, las filas superaron las 15 cuadras y la situación en Casa Rosada terminó con incidentes, gases lacrimógenos, botellazos y represión por parte de la policía. El horario de la ceremonia debió estirarse hasta las 19 (estaba previsto hasta las 16), pero ni siquiera esa noticia tranquilizó a la multitud.
Los disturbios solo aportaron más tristeza a una jornada dolorosa para la sociedad argentina, que perdió al hombre que puso al país bien arriba gracias a la magia de su pierna zurda. Debido a los desmanes, el féretro fue retirado de la sala por precaución y las puertas se cerraron por completo. Crónica de un final esperado.