Con cuatro meses de retraso sobre la fecha prevista y en Austria en vez de Australia, el Mundial de Fórmula 1 se puso en marcha para regocijo de la hinchada, que seguramente se lo pasó muy bien, en un gran premio que tuvo de todo.
La victoria de Valtteri Bottas tras arrancar desde la pole fue el elemento más previsible de un domingo en el que solo once monoplazas cruzaron la línea de meta.
Lewis Hamilton terminó pegado a su compañero de taller, pero el británico fue desposeído de la segunda plaza después de recibir una penalización de cinco segundos por provocar un topetazo con Alex Albon en el tramo final de la prueba.
Esa sanción que mandó a Hamilton al cuarto puesto permitió que Charles Leclerc (segundo) lograra un resultado que ni el más optimista de los miembros de Ferrari podía llegar a soñar. Y también hizo posible que Lando Norris se subiera al podio por primera vez en su trayectoria en la F1.
Carlos Sainz finalizó el quinto tras mantener unos trepidantes duelos con su actual vecino de taller y con el que tendrá el año que viene.