Las autoridades de Venecia sancionaron y expulsaron por dos días a una mujer que arrojó tinte verde al Gran Canal, provocando un hecho que generó debate internacional. El incidente ocurrió durante una acción de protesta liderada por la activista ambiental Greta Thunberg, quien también recibió una multa de 150 euros.
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El gobierno local calificó el acto como un nuevo episodio de vandalismo que afecta el patrimonio histórico y ambiental de la ciudad. La Alcaldía recordó que la laguna de Venecia es un ecosistema altamente sensible y que este tipo de intervenciones altera su equilibrio natural.
Mientras tanto, organizaciones ambientalistas defendieron la intención de llamar la atención sobre la crisis climática, aunque admitieron que el método utilizado resultó polémico. La discusión se extendió a redes sociales, donde ciudadanos cuestionaron la manera en que se realizan las protestas en un territorio declarado Patrimonio de la Humanidad.
Las autoridades de Venecia anunciaron que revisarán los protocolos de seguridad y vigilancia para evitar que acciones similares se repitan en espacios públicos clave.








