El departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos anunció una “drástica reestructuración” que se traducirá en la supresión de 10.000 empleos.
En tanto, estos recortes de personal se suman a los aproximadamente 10.000 empleados que optaron voluntariamente por dejar el departamento desde que el Presidente Donald Trump asumió el cargo.
Las salidas voluntarias de trabajadores y el nuevo plan de restructuración implica la eliminación de aproximadamente una cuarta parte de la plantilla del departamento, de una reducción total de personal de 82.000 a 62.000 empleados a tiempo completo.