El 6 y 7 de noviembre se cumplen 40 años de la toma y retoma del Palacio de Justicia, uno de los episodios más dolorosos en la historia del país, que marcó un antes y un después en la justicia y el conflicto armado interno. En el homenaje participaron familiares de las víctimas, organismos de derechos humanos y representantes del Estado, quienes insistieron en la necesidad de verdad y reparación integral.
Durante el acto terrorista, perpetrado por el extinto grupo insurgente M-19, cerca de 300 personas fueron tomadas como rehenes dentro del edificio judicial. Según los comunicados del grupo, el objetivo era someter a juicio político al entonces presidente Belisario Betancur, mientras las Fuerzas Armadas emprendían la retoma militar del inmueble, lo que derivó en una de las operaciones más sangrientas de la historia reciente.

El número total de víctimas continúa siendo motivo de controversia. Las cifras oficiales señalan que 94 cuerpos fueron trasladados a Medicina Legal, mientras que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) documentó la muerte de al menos 11 magistrados y la desaparición y asesinato de decenas de civiles durante y después de los enfrentamientos.
En el marco de la conmemoración, familiares de las víctimas y organizaciones sociales destacaron que, cuatro décadas después, el país aún busca respuestas y justicia. El Palacio de Justicia no solo fue escenario de una masacre, sino también símbolo de la fragilidad institucional y del largo camino hacia la verdad en Colombia.











